Jerez de los Caballeros

Jerez de los Caballeros. 
21 de junio de 2018

Haciendo igualdad 

El movimiento feminista, en realidad, siempre estuvo ahí, pero ha eclosionado en los países occidentales para exigir un mundo donde las mujeres y los hombres tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades para desarrollarse en todos los ámbitos de la vida. Este movimiento se ha colado y ya marca parte de la agenda política y social de estos países, en el que España ha sido uno de los países donde más fuerte ha impactado.

Estamos viviendo un proceso en el que las sociedades están interiorizando este anhelo de igualdad real y no sólo formal, entre hombres y mujeres, que ha sufrido una importante aceleración en los últimos años. El movimiento feminista sabe que el primer paso es la visibilidad, y para ello se deben ocupar espacios de poder y de representación. El éxito de este movimiento ha sido su
transversalidad y la capacidad de articular y tejer alianzas.

Hoy, cada día más gente ve la realidad social y los hechos sociales con las “gafas moradas” puestas. La perspectiva de género hace que algunos comportamientos y situaciones ya no se toleren socialmente y que están provocando que la sociedad se mueva y estén cambiando antiguos roles y
estereotipos.

Uno de los objetivos principales del movimiento por la igualdad entre géneros ‐feminismo‐ es acabar con las brechas sociales, tanto las brechas laborales como educativas, pero también las familiares, pues es en la atención a los hijos donde se intensifican las desigualdades entre hombres y mujeres.

Igualmente, llamando la atención sobre los “techos de cristal” y las limitaciones que sufren las mujeres en el desarrollo de sus vidas. La lucha por la igualdad, no puede quedarse en cambios estéticos y superficiales, sino que debe continuar hasta conseguir transformaciones conceptuales de nuestras sociedades, generando cambios culturales, interpersonales, familiares y políticos.Las instituciones y los partidos políticos, así como la sociedad civil y en su conjunto, tienen una oportunidad para canalizar sus demandas y transformarlas en políticas públicas que hagan sociedades más justas.

Es aquí, donde espacios y debates como el que proponemos, tienen un papel fundamental en la construcción de nuevos discursos, de nuevas visiones que posibiliten cambios sociales y culturales, pero también políticas públicas que los sustenten.

Es importante diseñar una visión estratégica de la sociedad que queremos construir y que tipo de feminismo es necesario. Acertar en el diagnóstico es esencial para promover las políticas más adecuadas.

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